Los que necesitan médico.


 


Al oír esto, Jesús contestó: -No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos (Mateo 9:12).

Jesús le dijo a Mateo: -Sígueme. Anteriormente había sanado un paralítico y hablado del poder de perdonar pecados, todo estaban maravillados, es cierto que alguien con condición de necesitado no solo le revelen un milagro sino también la liberación a través del perdón, pero en esta ocasión el perdón era para alguien de muy baja estima y no por su condición como enfermo o económica, sino por su profesión.
 
Mateo era recaudador de impuesto, un oficio no bien visto, pues era conocido por la corrupción y opresión al pueblo, y Jesús le pide que le siga. Este hombre sin dudarlo va detrás y le invita a su casa, allí no había nada bueno tampoco estaba lleno de más recaudadores y sobre todo pecadores. Los fariseos al ver esto le critican sobre cómo va a compartir con personas tan despreciadas por los demás, a lo que Jesús responde: Los sanos no necesitan médico, mas bien los enfermos y les reclama que no se trata de sacrificio sino de misericordia. 

Creemos que nuestras faltas son muy graves como para recibir el perdón de Dios, nuestro pecado pueda que sea conocido y por tanto seamos despreciables, no vamos a la presencia de Dios creyendo que no hay remedio para nuestra alma, y es cuando a través de la palabra entendemos que con mas confianza debemos ir. La profesión de medicina no fue creada para el sano, sino para prevención y mantenimiento de la salud y así Jesús no vino para acompañar santos mas bien pecadores, su plan es el de salvación. 

Si estas enfermo espiritualmente cree que Jesús vino a sanarte no a juzgarte, síguele e invítale a tu corazón sin temor y deja que el comparta contigo y te sane, su medicina es curativa y una vez libres somos verdaderamente libres, no hay experimentos la solución esta a un paso de seguirle y dejarle entrar a tu casa. 

El evangelio no se trata de mostrar al ir al servicio, mostrar la biblia o decir a todos: -Dios te bendiga, es una obra de misericordia, de entender que el mundo necesita el médico por excelencia y es de acceso global y gratuito, no podemos poner precio o retos a lo que Dios en su infinita misericordia ha regalado. Los que necesitan sanidad son aquellos que precisamente a nuestros ojos resultan despreciables y que por tanto creemos no lo merecen, la salvación proviene de Dios y está al alcance de todos los que deseen seguir a Jesús. 

Quizás las faltas de los demás sean muy molestas y digamos que hace Jesús ahí, pero igual su salvación no es para un grupo selecto más bien de todos, es importante reconocer que su palabra no debe limitarse a nuestros prejuicios. 

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