Siendo consolados en la tormenta.



Gen. 5:29, 6-9.

Y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.

 


Noé (reposo, consolación), su padre le puso este nombre creyendo en que Dios traería consuelo y alivio a la maldición dada a la tierra en el Edén; luego de ver los efectos de aquella maldición en la tierra y ver cómo el hombre aún crecía en la maldad. 

Vemos como Jehová luego de ver toda la maldad en la tierra, y el hombre solo era dirigido hacer lo malo, se arrepiente y duele en su corazón haber creado la humanidad. Por lo que decide eliminar la tierra, pero la vida de Noé es de agrado a Dios. El padre de Noé, veía toda esa maldad y sabía que nada terminaría bien, como un método de súplica a Dios le dice a su generación pidamos por consuelo y reposo, el testimonio de vida de Noé, es lo que provoca que la tierra sea perdonada y por tanto consolada. No importa que tanto el sistema te motive a desobedecer a Dios cree que el mira tus pasos y recompensa por eso, el pecado tiene sus consecuencias, pero cuando decidimos obedecer a Dios ante todo, somos perdonados y guardados. 

En  medio de una generación perversa se dice que Noé caminó con Dios. Así como Enoc dio testimonio de una vida agradable ante Dios y no vio la muerte, así mismo Noé es preservado de la destrucción que venía a la tierra, por su fe.

Dios decide contar sus planes a Noé y guardarlo, le dice construye un arca y da medidas exactas para una construcción perfecta. Que maravilloso es cuando vivimos una vida de relación tan estrecha con Dios que él decide contarnos sus planes y dar instrucciones tan precisas para guardarnos en medio del caos. No tengas miedo cuando escuches tormentas a tu alrededor, cree que Dios tiene un arca para ti, la cual es perfecta para guardar tu vida en medio de la tormenta, verás llegar a tu vida métodos que nunca fueron conocidos, no importa que tan dificil sea el proceso hay un arca que soporta la magnitud del problema y te guarda, procuremos entrar en su presencia y las aguas no detendrán el propósito de Dios. 

Dios habla de un diluvio que promete destruir todo lo creado, pero establece un pacto con Noé y su familia que promete preservar la vida de estos. Solo una vida de fe nos guarda de las consecuencias del pecado y nos libera. Él está dispuesto a preservar tu vida cuando caminas en santidad. Su gracia nos guarda y nos da vida. 

Lo más importante, es que sabiendo que se había de construir el arca, por encima de la burla Noé decide obedecer y creer a la palabra dada por Dios, todo cuanto le fue ordenado así lo hizo. Es la fe la que nos guarda y nos permite continuar en medio del proceso, si Noé en una parte de la construcción del arca hiciera el proceso a su manera, es seguro que el arca no soporta el diluvio. La obediencia es clave para no entorpecer los planes de Dios en nuestra vida. Muchos construyen el arca y creen, soportan las burlas y proclaman al Dios verdadero, pero la desobediencia les lleva a perecer en el diluvio, porque el arca que construyeron quisieron modificarla a su voluntad. 

Una vez que el arca es terminada, Jehová cierra la puerta, llega la hora del diluvio y es cuando el hombre se da cuenta de que sus palabras se cumplen. Noé dentro del arca ve una puerta cerrarse, quizás la duda le visitó y dijo aquí estaré encerrado con miedo a lo que sucederá, Dios cierra la puerta, y es cuando nos damos cuenta que en ocasiones aun en su presencia vemos puertas cerrarse, dudamos y el miedo inunda nuestra vida por lo desconocido, algunas puertas se cierran para preservar tu vida, la diferencia entre la posición de Noé con su familia y el resto de la humanidad, es de quien está dentro de su presencia y fuera de ella. Ambos tuvieron miedo, pero el vivir en su presencia marca la diferencia y dicta si eres guardado o no. Noé fue guardado para vida y el resto para destrucción. Si es Dios quien cierra la puerta y estás en su presencia, cree que te guarda.

El tiempo pasaba y Dios se acuerda de Noé, ordenando al viento secar las aguas. Llovió por cuarenta días y cuarenta noches, pero el proceso de la tierra estar preparada para recibir a Noé, tardó aún más. En ocasiones vemos que la tormenta para, pero aun seguimos en medio de las aguas sin saber cuando por fin veremos la tierra. En medio del proceso Dios se acordará de nosotros y ordenará al viento secar las aguas, no dejemos que la desesperación nos lleve abrir puertas que Dios aún mantiene cerrada, aunque la lluvia ha pasado, si no es el tiempo de Dios abrirlas caeremos en aguas profundas. Deja que sea Dios quien abre y cierra puertas en tu vida, no demos un paso fuera de su voluntad. La tormenta casi termina cree que por su palabra las aguas se secarán y te dejaran pisar tierra firme. 

Una vez estuvo la tierra preparada para recibir una nueva generación, Dios ordena ser fructíferos y multiplicarse. Dios obra en tiempo perfecto y da la orden de que seas bendecido. No importa el tiempo que tomó el proceso en tu vida, un día verás la multiplicación en tu vida. 

Cuando el hombre de Dios llega a tierra, lo primero que hace es un altar a Jehová, aquella ofrenda fue grata; por lo que Dios declara al hombre jamás volver a maldecir la tierra como en el principio, diciendo que mientras esta permanezca jamás dejará de dar su fruto en respuesta al trabajo y los tiempos.  Lo que el padre de Noé declaró por medio de su hijo fue hecho por medio una ofrenda que fue grata a Dios, rompiendo toda maldición trayendo consolación y reposo al hombre.  Cuando el proceso pasa y en vez de ir desesperadamente detrás de la bendición, ofrecemos a Dios nuestra vida como un altar, demuestra que el enfoque no deben ser las añadiduras sino que siempre será su presencia. Noé entendió que dentro del arca o fuera de ella jamás el alimento le faltó, por esto entendió que lo primero que debía hacer es sin importar el escenario, era ir a la presencia del Dios que le salvó. Su presencia es lo primordial, es ella la que nos guarda no importa si la tierra es bendita o maldita, por encima del proceso su presencia nos preserva. Es esa vida de actitud de adoración la que agrada a Dios y trae consuelo y restauración. Mientras se cultive se cosechará, sin importar las estaciones o si hay luz o tinieblas, Dios ordena que hay bendición en tu vida. 

Un arco en las nubes sirvió de pacto entre Dios y la humanidad, de la misma forma que Dios le dijo a la humanidad tendré misericordia en medio del pecado cuando te vuelvas a mi, el nuevo pacto que tenemos hoy en día que nos dice que un día viviremos eternamente y para siempre en gozo en su presencia; es Jesús por medio de su sangre. Por medio de su hijo tenemos confianza que aun sabiendo que el mundo al final de los tiempos será destruida en fuego, seremos guardados como Noé en el arca. En medio del proceso Dios te ha dicho que nunca te dejaría solo, cree a su palabra.

La consolación que se pedía vino por medio de un diluvio, Dios cerró y abrió puertas a favor de Noé y un nuevo pacto fue establecido que prometía guardar la vida del hombre. A Veces el medio por el cual Dios restaurará tu vida, es por medio de una tormenta, esa tormenta no es creada para matarse, mas bien es creada para un nuevo escenario que traerá bendición y multiplicación. No importa qué tanto dure el proceso, o que tanto las puertas duren cerradas un día serán abiertas y gozarás todo lo que un día fue prometido. 

Cuando pidas a Dios por algo, y veas llegar una tormenta, cree que un nuevo pacto será establecido para bendición. 

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