De lo que necesito, Dios tiene conocimiento.



Génesis 2:18-25. Luego Dios el Señor dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.

En Génesis podemos ver como Dios detecta una necesidad en el hombre, y decide trabajar a favor de Adán. Lo que más llama la atención es cuando dice: Ayuda idónea. Con esto podemos ver que Dios mira sus hijos y sabe de cuales cosas tienen necesidad, es consciente y está dispuesto a suplir todo lo necesario para puedas llevar tu trabajo a cabo. El hombre había sido puesto como administrador del Edén, pero solo no podía realizar todo el trabajo, le hacía falta una ayuda. En ocasiones Dios pondrá personas estratégicas a tu lado para ayudarte en tu ministerio. La esposa es un complemento en la mayordomía en casa, Aarón en una ocasión tuvo que sostener el brazo de Moisés cuando se cansó, David en un momento de su vida necesitó que pelearan por él, el profeta Elías recibió ayuda de la viuda, y en muchas ocasiones vemos como el hombre necesita ayuda y Dios la suple. Lo más importante es que Dios sabe exactamente que ayuda darte, aquella que sea idónea o adecuada para tu vida. 

Adán en su trabajo de nombrar los animales, se dió cuenta que cada quien tenía un complemento, pero el no tenía la ayuda perfecta para su vida. Quizás vio que el perro era el mejor amigo del hombre, que el gato ayudaba con las plagas, o las ranas con las moscas, y así sucesivamente, pero cuando humanamente busca una ayuda idónea para sí mismo, se percata de su soledad. Hay lugares donde Dios te mueve para hacerte ver tu necesidad, esa necesidad se transforma en una plegaria la cual ya Dios conoce de antemano y está dispuesto a suplir. Es necesario que el hombre sepa que cuando Dios le da algo especialmente creado para él, sea consciente de su importancia y el regalo que ha recibido. 

Finalmente cuando Dios ve la necesidad del hombre y lo lleva al escenario de donde es consciente de lo que hace falta en su vida, es cuando el hombre es preparado para recibir la bendición.

Dice la palabra, que Dios lleva al hombre a un sueño profundo, y mientras duerme saca una costilla, le cierra la herida y de esa costilla forma a Eva, la compañía de Adán. Dios nos lleva a un sueño profundo, donde no somos capaces de entender lo que se está haciendo, es necesario que toda fuerza humana sea quitada cuando Dios está obrando. De ese proceso donde no escuchas ni entiendes nada, una herida quedará marcada y te dirá de aquí vino mi bendición, recordándote siempre que lo que hoy gozas vino de Dios y no de fuerza humana. Dios no dejará heridas abiertas, el las cierra todas para que tu enfoque sea el agradecimiento y gozar de lo que te ha dado. Muchos tienen una gran bendición en su vida, pero siguen más pendientes a una herida del proceso que lo que Dios ha puesto en sus manos. Mientras buscamos ayuda humanamente nos damos cuenta de lo frágiles que podemos ser y lo fácil que podemos equivocarnos.

Deja que sea Dios el que quita y ponga en tu vida, procura siempre actuar según su voluntad. Un dia despertarás del sueño y podrás ver la bendiciones que tanto anhelaste frente a ti y no quedará más que dar gloria a Dios.

Cuando Eva quería alimento, prueba aquel que precisamente es prohibido y codiciable para alcanzar algo que quería, ignorando que su voluntad la llevó al fracaso mientras que la voluntad de Dios es agradable y perfecta.

Muchas veces para Dios darnos lo que nos conviene, frena totalmente nuestra voluntad, de manera que no podamos entorpecer sus planes y allí en el sueño profundo Dios trabaja y nos da lo que nos conviene. 


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